Contra el frío: una abuela

Resistiéndomele al frio de mi cama, me acordé que mi abuela sí que sabía evitar los sinsabores del invierno: calentaba un ladrillo en la salamandra (de los posta, no de estos de mentira que son huecos), lo envolvía en una toalla, y me lo ponía a los pies de la cama. A veces, cuando dormíamos con mis hermanos en la cama grande, nos peléabamos por apoyar los pies sobre el ladrillo calentito, hasta que en medio de la batalla nos quedábamos dormidos.

Quiero a mi abuela!!!!!!!!!!.

Deseos cumplidos


Hace mas de 30 años, en ocasión de mi primer cumpleaños, mi abuela materna me regaló esta tarjeta. Siempre me pareció hermosa y tierna, ya desde la imágen (me gustan mucho las tarjetas caladas y las que tienen la formita recortada).
Asombrosamente, logró escabullirse de los garabatos libertinos de mis hermanos y de varias "limpiezas" pre-mudanzas.

Con letra manuscrita (que creo no haber vuelto a ver en ningún otro lado, pero seguramente igual a la de todas las abuelas), me dice: "...hoy no sabes leer pero cuando lo hagas quiero que sepas que esta noche tan linda para todos falta un abuelo, pero con este recuerdo tan preciado para mi, el abuelo Tito está con vos y está presente guiando todos tus pasos. Se que en tus manitos está bien guardado. Te doy junto con el abuelo ausente un mundo de cosas lindas y besos de mucho amor...".

Y mi mundo se construyó con esas "cosas lindas"; por suerte con cosas más étereas que materiales. Y los "besos de amor", fueron tan efectivos, que hace tiempo que vengo repartiendo algunos mezclados con los míos.

Deseo mucho, mucho, poder lograr que esa sensación que me da al leer esta tarjeta (y tantas otras), de haber sido abrazada y cuidada, mimada en el término justo, de haber tenido a mi alcance lo más selecto de lo bueno e importante, la puedan gozar esas personas que dan vuelta mi mundo.

Y como solía hacer de chica voy a regalar, de lo que me regalaron, lo más lindo -a quien le quepa el sayo, que se lo ponga-:

Te deseo alegría, tanta que te sobre y repartas

Te deseo mi amor, que es un deseo cumplido

Te deseo paciencia, para esperar todo lo hermoso que te queda por vivir

Te deseo un sueño para compartirlo con vos

Te deseo una única lágrima para poder estar ahí cuando necesites alivio

Andá a cocinar!!!...con mucho gusto

No se muy bien de donde viene mi gusto por la cocina. Sí me acuerdo que ya desde chica me encantaba experimentar, probar mezclas y recetas inventadas por mí, que después no se las comía ni el perro.
También recuerdo que muchos sábados mi papá me sentaba ante una colección de fascículos de recetas encuadernadas, para que eligiera el menú de la noche: yo debía anotarle todos los ingredientes que necesitaba, él me los compraba, y mientras jugaban con mis hermanos al TEG, yo cocinaba al compás de alguna ópera.
El libro de Doña Petrona, en su 53ª edición (1959), "con el nuevo capítulo COCINA PARA NIÑOS", me lo regaló él hace varios años, en su ejercicio constante, y nunca desacertado, de estimularnos los gustos y hobbies.
Me ha sacado de apuro varias veces, sobre todo en la elaboración de recetas fáciles que por serlo, uno nunca le presta demasiada atención a los ingredientes o a la forma de cocción: la salsa blanca, el flan, el helado, las galletitas...Pero si algo me ha sido útil, es la página de las medidas: no tengo balanza, así que el cuadrito de equivalencias entre gramos, tazas y cucharadas me viene al pelo, tanto que el libro ya se abre solito en esa página.
Adoro también sus fotos coloreadas, porque en general son las que definen mi elección de las recetas. No me gusta cocinar sin saber como queda terminado el plato; necesito tener la imagen como un patrón -aunque soy bien conciente que probablemente mi plato se parezca más a un ensayo frustrado que al de la foto-.
Una sección divertida muy propia de Doña Petrona, son los consejos:
"Algunos detalles para organizar el trabajo de la casa cuando falta el servicio"
"...si nos vemos en la necesidad de lavar platos, la tarea se simplificará si se tiene preparado un fuentón con una buena agua de jabón con una cucharada de amoníaco...".

"Lavado y cuidado de la mantelería"
"...Las manchas de hierro, cuando aparecen sin motivos justificados, en muchos casos son debido a los malos azules...Para sacar estas manchas se necesita un poco de acido ascético o en muchos casos sólo un poco de vinagre, recomendándose muy especialmente un enjuague prolijo. Sal y limón también suelen dar buenos resultados...".
"Una hora antes de que lleguen las visitas"
"...Mezclar los cócteles. Cortar el hielo. Preparar los baldecitos y boles con él", "...Sacarse el delantal. Sentarse a escuchar radio, música o ver un diario con las últimas novedades".

La cocina es un arte; y de los caros. Y Doña Petrona, vaya si lo tenía clarito!.

Héroes

Admitámoslo, todos tenemos una pulsión por ser un poco superhéroes, sea con algunos o sólo en determinadas situaciones, pero queremos brillar en algún lugar. Queremos dejar de ser el sujeto de la anécdota de la charla, o “el que trabaja en el sector F”. Porque nos hace bien saber que modificamos la vida del otro, y que se note; nos convierte en protagonistas de una historia que ya no es únicamente la propia; nos descubre poderosos, hábiles, y elegidos.

Y si nuestro ánimo instintivo es fuerte, hasta luchamos para meternos en las vidas de quienes no quieren que seamos más que la compañía de la tarde. Así despilfarramos nuestros poderes y nos debilitamos, convirtiéndonos, seguramente, en los próximos anecdotarios.

Paraísos a medida

"Most any place can seem to be a paradise
While you embrace, just the one that you adore
There needn't be an apple tree with magic powers
You need no garden filled with flowers
To taste the thrill of sweet greed hours
Gentle perfume and cushions that are silk and soft
Two in the gloom that is silent but for sighs
That's paradise while arms entwine and lips are kissing
But if there's something missing, that signifies
Trouble in paradise"

Qué suerte darse cuenta a tiempo que nuestro Edén no viene premoldeado!; que lo que nos hace felices está en la esquina que no sale en la foto; que el más preparado para la fiesta, no es el que baila bien; que no tiene una luna llena reflejada en la copa porque no nos gusta el champagne...


Entre mis preferidos

No lo busqué con demasiado empeño, pero la ilusión de haberlo encontrado es la misma.
Podía pasar horas entretenida con estos juegos de agua. Correción: PUEDO pasar horas entretenida jugando; VOY a pasar horas entretenida jugando!!!.

"Lo querés?, compráte"..."naaa...tomá te lo presto...un ratito nomás...pero cuidado que no se te caiga, porque después mi mamá me reta si se rompe".
Otra cuerda más que me tira para atrás





Update: me regalaron otrooooo!!!. Ahora alquilo uno ;)

Nunca es tarde

Ayer terminé de leer por primera vez el Eternauta. Hacía mucho tiempo que una lectura no me mantenía despierta hasta la madrugada, ni me generaba la necesidad de andar con el libro a cuestas para hojearlo en cuanto minuto inútil tuviera.
La verdad es que los comics e historietas nunca fueron las elegidas en la selección de mi literatura infantil, aunque hoy debo admitir que no me hubiera venido nada mal una cuota de la insolencia del género. Un poco por motivación paterna, y otro poco por motus propio, siempre preferí las novelas y cuentos que, por la temática o por lo extensas, me hacían sentir grande.
Así llegaron a mis manos libros como “Katy va a la escuela” y “Cuando Hitler robó el conejo rosa”, que me provocaban la hermosa sensación de no querer terminarlos nunca, y de pasarme el día con sus personajes e historias en mi cabeza, mientras esperaba ansiosa volver a casa para seguir leyendo.
Bueno, la anécdota es que hace un rato conseguí volver a tener entre mis tesoros al primero de ellos; el primero, a su vez, de una serie de tres libros pertenecientes a la extensa colección de Robin Hood, que cuenta las experiencias de Katy, una adolescente pupila en un colegio, viviendo lejos de su hogar y su familia.
Ahora iremos tras el segundo -si bien es más sencillo de encontrar, eso no me restará el gozo de volver a disfrutarlo-. Relata la historia de una niña que debió escaparse, junto a su familia, de su hogar en Berlín, por el temor a que su padre fuera capturado por los nazis, a causa de sus artículos periodísticos contrarios al régimen. El cruel desarraigo lo encarna su conejo rosa, que quedó en su hogar natal, pero que ella fantasea en manos del Führer.

El Consejero Médico del Hogar


Para estar a tono con las conversaciones de los días que siguen...nos sorprendió el frío. Y ahora nos sorprenderán las gripes y demás fastidios nasales y laríngeos.
Las abuelas siempre han estado prontas a aconsejarnos sobre los remedios caseros para evitar cualquier malestar físico: las compresas, los baños de vapor, vino caliente, pañuelo de seda con alcohol en el cuello, te de gengibre, cataplasmas, etc., etc., etc.
Pero, a falta de abuela a mano, ¿a ver que nos dice el compendio de soluciones médicas caseras?.


"Catarro nasal crónico

Qué debe hacerse


1. Búsquese con diligencia la causa y elimínese, si es posible.

2. Bébase una cantidad mínima de líquidos a la hora de comer, evitando especialmente las bebidas frías.
3. El régimen alimenticio ha de contener una cantidad mínima de dulces, grasas, especias y condimentos.
4. Manténgase activos los intestinos, preferentemente por medio de un régimen alimenticio adecuado.
5. Manténgase los músculos y la circulación con tonicidad normal por medio de suficiente ejercicio físico.
6. Disfrútese de aire fresco y luz solar en abundancia.
7. Un breve baño de esponja frío o de ducha (regadera) debe formar parte de la rutina diaria cada mañana, seguido de una fricción vigorosa con una toalla gruesa para asegurar una buena reacción.
8. Si la secreción nasal es en forma de costras o tiene un color un poco amarillento o verduzco, en vez de mucus claro, debe hacerse un lavado nasal cada mañana. Para este lavado, prepárese una solución con una media cucharadita de sal, media cucharadita de bicarbonato de soda, y un vaso de agua tibia. Viértase un poco de la solución en la palma de la mano y aspírese suavemente por la nariz. Permítase luego que salga. Repítase, inclinando la cabeza hacia atrás y permítase que la solución corra hacia la garganta..."

Advertencia 1: la medicina ha avanzado mucho desde la fecha de edición de este manual -1943-, así que capaz sea más efectivo correr a la farmacia a comprarse un antigripal.

Advertencia 2: el punto 7 es recomendable observarlo con absoluta independencia de si se padece o no catarro nasal.

Advertencia 3: en el punto 8 intente no ahogarse. Si no lo consigue chifle que les transcribo la página 230.

De Venus, de Marte y de algunos otros planetas también

DIARIO DE ADAN

"Miércoles
Me he construido un refugio para guarecerme de la lluvia, pero no he podido disfrutarlo en paz. La nueva criatura lo invadió. Cuando traté de echarla empezó a derramar agua por los agujeros con que mira y a secársela con el revés de sus zarpas, con ese ruido que hacen los animales cuando están doloridos. ¡Ojalá no hablara! Siempre está hablando. En ella suena como un vulgar murmullo, un parloteo. No, no es verdad. Jamás he escuchado una voz humana, y cualquier sonido nuevo y extraño que surge en la solemne quietud de estas ensoñadas soledades ofende mi oído y me suena a nota falsa. Y este nuevo sonido tan cerca de mí; justo encima de mi hombro, en mi oreja, primero a un lado, y después al otro, cuando hasta ahora sólo había escuchado sonidos más o menos distantes".

DIARIO DE EVA

"Jueves
Mi primera pena. Ayer me evitó y parecía desear que no le hablara. No podía creerlo, y pensé que debía haber algún error, porque a mí me gusta mucho estar con él y me encanta oírle hablar. ¿Cómo ha podido ser tan desabrido conmigo, si no le había hecho nada? Pero al fin me convencí de que así era, y me alejé y me senté sola en el lugar donde le había visto la mañana en que fuimos hechos y aún no sabía qué era y me era indiferente. Pero ahora era un lugar lúgubre y todas las cosas me hablaban de él, y tenía el corazón deshecho. No sé muy bien por qué, pues era un sentimiento nuevo. Jamás lo había experimentado, todo me parecía un misterio, y no supe desentrañarlo.
Pero cuando llegó la noche no puede soportar tanta soledad y me acerqué al nuevo refugio que se ha construido para preguntarle qué mal había hecho, y cómo podía repararlo y recuperar su favor. Pero él me arrojó de nuevo a la lluvia, y ésa fue mi primera pena".


Me encanta este relato: tiene la precisión de mostrarnos que la dualidad, la diferencia -lo que el otro es y yo no, lo que yo quiero ser y no puedo- genera, mueve, excita. Y a la vez expone la sencillez con la que podemos arruinarlo todo, con pensamientos extremos, plantados en las cuerdas del ring -"...en esta esquina, con 112 kgs..."-, calentando sin pelear, esquivándonos.

Para el que no lo conoce, es parte de la obra de Mark Twain, "Diario de Adán y Eva", que hace una crónica de los días posteriores a la creación del hombre, desde las vivencias de los primogénitos.


Más que una buena lectura, unas minivacaciones virtuales.

Justito hoy

Casi todas las cosas importantes se aprehenden en el momento justo, justo para empezar a hacerlas, justo para empezar a contarlas.

En el momento justo uno se da cuenta de que son importantes; y de a poco se entretejen con el resto de las cosas, como si siempre hubieran estado ahí. Se convierten en un hábito vital, de esos necesarios para empezar o terminar.

Y ese es el momento justo en que se expande el pensamiento, y el afecto; y dan ganas de más sorpresa, de más asombro, de más conciencia.

Así, con suerte, el día se convierte en un devenir de cosas importantes. Y ese es el momento justo para empezar a contemplar.

Compaces 4 x 5

Si algo me transporta sin escalas a mi infancia son las canciones de Pro Música del Rosario, María Elena Walsh, y Pipo Pescador.
Algunas traen a cuestas imágenes de mi mamá, que cocinando o planchando, nos las cantaba actuando las voces, mientras yo me las grababa en la memoria, mirando los dibujos de las cajas grandotas en las que venían los cassettes (tenían libritos con las letras!!). Otras -sobre todo las de María Elena Walsh- me recuerdan las historias que fantaseaba cuando las escuchaba; como la de la Reina Batata, que para mí había tenido la mala suerte de ir a parar justito a la cocina de mi jardín de infantes, donde uno de los cocineros, con cara de pocas pulgas, me miraba a través del pasaplatos (la verdad que con la cara que tenía no había que fantasear mucho para imaginárselo con el cuchillo amenazando a la pobre batatita).
En este tren, me acuerdo de Pipo Pescador, enseñando a hacer música con copas llenas de agua a diferentes niveles, y a mi abuela pataleando porque le sacaba todos los vasos de la alacena.
Me apropié abusivamente de esas canciones, como si yo hubiera sido la única que las escuchaba, la única con derecho a imaginármelas en Super 8.
Si bien no creo eso de que"lo pasado fue mejor", sí se que hay música que motiva la imaginación y despierta la curiosidad; y otra que, sencillamente, sirve pa´hacer barullo nomás.
Y bue...permítanme la licencia de creer que la mia es de "la buena".

Acá les dejo algunos links de mis grandes éxitos de los 4 y 5 añitos.

boomp3.com

boomp3.com

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Honraras a tu abuelo

Por suerte, todavía tengo presentes muchos de los relatos que mi abuelo me contaba cuando merendaba en su casa. Pero como siempre es bueno tener un back up de todo...
Capaz ese haya sido el fin inconciente de este blog: dejar algún rastro de lo que quiero que me sobreviva en la memoria de otros (memorias vivientes...vaya soporte!).
Mi abuelo era asturiano, y como tantos otros españoles, conservaba intacto su hermoso acento y muchos de sus expresiones originales, como si recién hubiera bajado del barco, a pesar de que hacía más de 30 años que vivía acá: "uoiii", decía con cara sonriente cuando algo lo asombraba; y "me cago en la leche", cuando se fastidiaba al estilo Corso Gómez. Uno de mis dichos de cabecera me lo enseñó él, y se hizo más que propicio para estos lares políticos: "Detrás vendrá quien bueno me hará".
Peleó en la Guerra Civil española, en las filas de Franco, a pesar de que odiaba a ese "'jo e puta"-como según él merecía ser llamado-, y disfrutaba de contarnos sus anécdotas una y otra vez (no creo que tanto como nosotros lo hacíamos al escucharlo).
Siempre tengo presente su relato de cuando fue asignado a la cocina de su batallón: nos contaba que en el apuro de todos los cocineros por llegar a servir a tiempo la comida, habían perdido el control, y cada uno que pasaba a lado de la inmensa cacerola de guisado, la revolvía y le hechaba un puñado de sal. Así fue como el guisado quedó incomible de lo salado que estaba. Obviamente, en la escacez de los tiempos de guerra, esa desatención implicaba un despilfarro que merecía el fusilamiento sin contemplación -sin exagerar-. Desesperados por las consecuencias, se les ocurrió ir a consultarle a una vieja que vivía cerca del asentamiento. La vieja les aconsejó que le pusieran al guisado tanta azúcar como sal le habían hechado, pero que lo sirvieran inmediatamente, porque el efecto inhibidor se esfumaba en cuanto se enfriara el guiso. Así lo hicieron, y raudamente le sirvieron los platos bien calientes a los primeros mandos, para evitar ser descubiertos. Lograron salir airosos de la situación, a pesar de que algunos soldados tuvieron la desafortunada idea de querer repetir el plato.

Relatos como este, son los que me vienen a la memoria cuando veo ese hórreo que está en la foto.
Es una cajita musical que me regaló mi abuelo; réplica miniatura de los almacenes típicos de las casas rurales del norte de España. Se construyen en madera o piedra, aislados del suelo con pilotes, para evitar que su humedad afecte los granos y demás enseres que se guardan dentro. Cada casa tiene su hórreo en los campos de Asturias.
Tuve la suerte de viajar al pueblo natal de mi abuelo (Sabadell), dormir en la casa de su adolescencia, y entrar a su hórreo: los cortes de maderas guardadas para que se sequen para el invierno, los jamones y embutidos colgados para que se estacionen, las bolsas de la cocecha...todas esas cosas juntas hacen nacer un olor exquisito y un clima único.
Esa cajita es mi tesoro porque guarda mucho más que los recuerdos de mi abuelo.

Fotorreportaje: lado B

¿Acostumbra aún el francés medio pellizcar a las muchachas bonitas en las multitudes...?




¿...sabe que en este país esa clase de conducta lo lleva a uno a la cárcel?




¿A qué preferiría renunciar...a las mujeres o al ajo?




Bue...cumplido lo prometido, espero que les guste.