No hay mucho para decir.
Lo encontré paseando entre libros, revistas y discos, uno de esos días donde lo único poco amigable son las ganas de hacer pis.
Como tantas veces, cuando lo ví dije/grité: "Yo lo teníaaaa". Y entonces me lo llevé.
Es un libro para pintar gigante, de los que te tenés que tirar al piso para poder colorearlo cómodamente.
Tiene dibujos de los personajes de Plaza Sésamo; ese programa que vaya a saber uno porqué a mi mamá le atraía tanto, y que a pesar de que lo único realmente entretenido era Elmo por condescendencia supongo, miraba todas las tardes (sí, ya de chica era complaciente aún a costa de mi desagrado).
Lo encontré paseando entre libros, revistas y discos, uno de esos días donde lo único poco amigable son las ganas de hacer pis.
Como tantas veces, cuando lo ví dije/grité: "Yo lo teníaaaa". Y entonces me lo llevé.
Es un libro para pintar gigante, de los que te tenés que tirar al piso para poder colorearlo cómodamente.
Tiene dibujos de los personajes de Plaza Sésamo; ese programa que vaya a saber uno porqué a mi mamá le atraía tanto, y que a pesar de que lo único realmente entretenido era Elmo por condescendencia supongo, miraba todas las tardes (sí, ya de chica era complaciente aún a costa de mi desagrado).