Hoy no me sobra el tiempo para escudriñar pensamientos; y hasta voy perdiendo el hábito de meter las narices en los lugares que motivan mis pases libres . Capaz sea saludable acotar mi cabeza a lo imprescindible, a lo que se me impone. Capaz pierda en el camino eventuales buenas conclusiones sobre lo que no pienso, y me envicie haciéndome la tonta ante mis autocríticas ausentes. No se que es, ni que será; pero ahora se me escapa la salida hacia esa ruta.
Quizás esté asomando el momento de la decantación, y por eso no me frustro ni me angustio; apenas añoro de a ratos.
Y porque cada vez más necesito hablar menos: porque encuentro que otros dicen mejor que yo, porque resulta que no hay nada novedoso en lo que siento...
"me pregunté por qué en realidad no habría funcionado, dónde había estado el quiebre...
me pregunté por qué coños andaba yo dando vueltas absurdas por otro lado en pos de lo que no se me había perdido; claro que recordaba vagamente el sentimiento de insatisfacción que me había sacado de allí e impulsado a buscar por fuera, lo recordaba, repito, pero sólo vagamente y no le encontré justificación posible, en ese preciso momento todo me invitaba a quedarme en este lugar donde pese a mis cuatro años de ausencia siempre había estado presente, me invadió con fuerza inusitada la sensación de que todas las piezas del rompecabezas de mi vida casaban en esta casa que pese a haberla abandonado nunca había perdido; todo me impulsaba a regresar..."
...ni en lo que busco y añoro...
"me hizo llorar ese olor que no se si pueda describir, un olor a casa, qué más puedo decir, un olor a todos los días, a gente que duerme por la noche y se despierta por la mañana, a vida real a aquí ha vuelto a ser posible la vida, no sé por cuánto tiempo pero al menos mientras perdure este olor, mientras no se quiebre esa calma..."
Ya no quiero un "cajón de los secretos", que los esconde atados unos con otros, para que se revele una interminable cadena de reacciones, como con los pañuelos de los magos.
Porque ya no necesito ser para otros, ni parecerme a lo que esperan, ni estar donde me puedan encontrar. Entonces ya me sobran palabras, lágrimas, enojos, esfuerzos...
Quizás esté asomando el momento de la decantación, y por eso no me frustro ni me angustio; apenas añoro de a ratos.
Y porque cada vez más necesito hablar menos: porque encuentro que otros dicen mejor que yo, porque resulta que no hay nada novedoso en lo que siento...
"me pregunté por qué en realidad no habría funcionado, dónde había estado el quiebre...
me pregunté por qué coños andaba yo dando vueltas absurdas por otro lado en pos de lo que no se me había perdido; claro que recordaba vagamente el sentimiento de insatisfacción que me había sacado de allí e impulsado a buscar por fuera, lo recordaba, repito, pero sólo vagamente y no le encontré justificación posible, en ese preciso momento todo me invitaba a quedarme en este lugar donde pese a mis cuatro años de ausencia siempre había estado presente, me invadió con fuerza inusitada la sensación de que todas las piezas del rompecabezas de mi vida casaban en esta casa que pese a haberla abandonado nunca había perdido; todo me impulsaba a regresar..."
...ni en lo que busco y añoro...
"me hizo llorar ese olor que no se si pueda describir, un olor a casa, qué más puedo decir, un olor a todos los días, a gente que duerme por la noche y se despierta por la mañana, a vida real a aquí ha vuelto a ser posible la vida, no sé por cuánto tiempo pero al menos mientras perdure este olor, mientras no se quiebre esa calma..."
Ya no quiero un "cajón de los secretos", que los esconde atados unos con otros, para que se revele una interminable cadena de reacciones, como con los pañuelos de los magos.
Porque ya no necesito ser para otros, ni parecerme a lo que esperan, ni estar donde me puedan encontrar. Entonces ya me sobran palabras, lágrimas, enojos, esfuerzos...
3 comentarios:
Brindo por vos, porque te sobren siempre palabras, lágrimas, enojos, esfuerzos...
Un abrazo
El momento de la decantación es inexorablemente necesaria en la vida de todos... ¡¡y pensar que muchos solo piensan en demorarla!!
Vívala... aunque añore.
¡¡¡Besotes con candor!!!
Marina: a veces, es reconfortante no tener que decir.
Cando: en esto estoy, en el disfrute.
Besos muchos a las dos
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