El otro día, mientras viajaba en el mismo subte que hace veinte años me llevaba del colegio a mi casa, me topé con el vendedor ambulante que en esa época pasaba todos los días vendiendo curitas. ¿Qué hacía?, vendía curitas, con la misma voz ronca, con el mismo aspecto de abuelo...
Ayer entré a un negocio del que fue mi barrio, y me asombró que todo estuviera exactamente igual que hace mas de quince años: la misma dueña, el mismo mostrador, las mismas cortinas en los vestidores, el mismo olor...
Estando ahí, en ambos momentos, me di cuenta que no me gusta transportarme así al pasado, cayendo involuntariamente como si me hubieran hipnotizado.
Lo que en realidad me llena el alma es la memoria, elegir los recuerdos que quiero traer a mi lugar de hoy, y gozarlos o padecerlos así, como recuerdos. Aunque a veces venga con ruido ambiente o algún daño colateral, mi cuerpo entero ya está preparado para tolerar la porción con gusto a podrido. Pero no, si de una sacudida quedo parada en medio de la escena que ya actué; así no, así no me gusta.
Hay lugares para los que el tiempo no pasa. Y hay personas que no dejan pasar el tiempo.
No me gustan esos lugares ni esas personas.
Hay lugares que se conservan. Y hay personas que no se pierden.
Esos son los lugares y las personas que elijo.
Ayer entré a un negocio del que fue mi barrio, y me asombró que todo estuviera exactamente igual que hace mas de quince años: la misma dueña, el mismo mostrador, las mismas cortinas en los vestidores, el mismo olor...
Estando ahí, en ambos momentos, me di cuenta que no me gusta transportarme así al pasado, cayendo involuntariamente como si me hubieran hipnotizado.
Lo que en realidad me llena el alma es la memoria, elegir los recuerdos que quiero traer a mi lugar de hoy, y gozarlos o padecerlos así, como recuerdos. Aunque a veces venga con ruido ambiente o algún daño colateral, mi cuerpo entero ya está preparado para tolerar la porción con gusto a podrido. Pero no, si de una sacudida quedo parada en medio de la escena que ya actué; así no, así no me gusta.
Hay lugares para los que el tiempo no pasa. Y hay personas que no dejan pasar el tiempo.
No me gustan esos lugares ni esas personas.
Hay lugares que se conservan. Y hay personas que no se pierden.
Esos son los lugares y las personas que elijo.
8 comentarios:
Es verdad, que el pasado se nos presente así, de golpe y porrazo, sin autorización previa... no es muy agradable.
Hay cosas que ni siquiera podemos destinarles tiempo a recordarlas, ni lo merecen... y otras que lamentablemente, aunque lo deseemos con fuerza, ya no podrán volver a repetirse...
Besotes candorosos, doña!!!
Es cierto...Yo tampoco quiero volver así al pasado,y toparme con cosas que no me hicieron feliz.
Mientras leía tu post, sentí una sensación extraña,un escalofrío.
Un besote enorme Manuelita.
Cando: la memoria cuesta trabajo, así que hay que reservarla para lo que realmente valga la pena.
Besos muchos...pero muchos
Marisa: empatía?, elegiste la palabra justa de lo que me produjeron ambas situaciones...escalofrío.
Saludos con estrellita
Lo lindo es volver al pasado pero recordando o viendo gente que nos hicieron feliz o nos permitieron gratos momentos.
Besos
Es Ud. muy exigente con su tiempo y su gente. Hace bien.
Jorgelina: yo me atrevo a recordar momentos no tan gratos, pero no me gusta que me los impongan.
Besos muchos
Cronopio: será así pues.
Saludos
Pensaste que quizas hay un niño que te ve todas las mañanas salir al trabajo, y dentro de 15 años escriba lo mismo, pero donde vos sos uno de esos personajes congelados en el tiempo?
A veces existe cierta rutina odiosa de la que algunos no se percatan ...
Es cierto. Pero no es hacer lo mismo durante años lo que me perturba, sino esa sensación de que uno está atrapado en una especie de agujero negro temporal.
No importa...yo me entiendo, y eso ya es un logro suficiente.
Gracias por la visita
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