De un cubo a una sonrisa

Este es uno de los más antiguos juguetes que recuerdo haber tenido. Asombrosamente lo encontré de casualidad, como todo lo bueno que vengo hallando. Verlo así, idéntico al que tenía entre mis piernas a los 3 años, me lleva sin escalas a la casa de mis abuelos paternos, donde me sentaba debajo de la escalera para jugar con él; la escalera que ocultaba una despensa, que era el almacén de la comida de reserva, de mis juguetes, y mi escondite preferido; en un departamento moderno, de dos pisos, al que después de ver “Blanco y Negro”, aprendí a llamar “pen house”, para darme corte ante mis amigas; el mismo donde descubrí en el dintel de la ventana de la cocina, la cajita donde mi abuelo guardaba los dientes que mis hermanos y yo le canjéabamos al ratón; y que en el living donde Paquita nos conoció, tenían un piano que me atraía incontrolablemente, consiguiendo que varias veces me agarrara los dedos con la tapa por intentar tocarlo sin permiso; ubicado en el piso catorce, desde donde tiraba las bolitas que sacaba de la planta del baño que crecía mágicamente (porque mi abuela me había contado que esas bolitas eran hoja, fruto y semilla a la vez); el baño miniatura, donde todos los días que entraba me golpeaba la cabeza con el lavatorio, para rememorar en cada llanto la cicatriz que me veo todos los días en el espejo y que me hice al abrirme la frente con el marco de su puerta por ir corriendo tras de mi mamá; el último departamento de un edificio que sigue estando al lado una peluquería que aún se conserva igual a como la recuerdo, donde me peiné para ir al casamiento de mis tíos, en el que fui la dama de honor que llevó las alianzas al altar, luciendo vanidosamente un hermoso vestido de broderie blanco con aplicaciones de florcitas rosas, que me había confeccionado mi abuela, creo; un vestido digno del cuento de Cenicienta, que se convertiría en la encarnación de mi propia fantasía encantada, a pesar de haber sido estropeado esa misma noche con una inmensa mancha de chocolate que escupí, luego de darme cuenta que el bombón que me robé de la mesa de dulces tenía licor.
Todos esos recuerdos me trae ese cubo, así encadenados con la inocencia, enmarcados por la sonrisa que me provocan.
Quiero más de estas chispas; estas son las vueltas que me hacen bien.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese cubo le ha permitido enhebrar un montón de bellos recuerdos, que además de pasearla a usté por su pasado, nos llevó -como maravillados acompañantes- a nosotros!!

Bello y candoroso recuerdo, doña!!!

Besotes grandotes!!!

Marina Judith Landau dijo...

Qué maravilloso todo lo que contás, cómo de la imagen de un juguete vas enlazando hermosos y valiosos recuerdos y me permitís el honor y el disfrute de conocer tu mundo e imaginar detalladamente el "pen house", sonreír viéndote vestidita de hada y manchando el vestido con tu escupida de licor chocolatado, desear inevitablemente abrazar a esa niñita que se ha lastimado...
Gracias por compartir algo tan luminoso, que me hace irme de acá con una sonrisa instalada en el alma.
Un abrazote grandote.

Ada dijo...

No es maravilloso que suceda algo así? un objeto, que para otro no tiene más significado que un juego, en vos provoca este aluvión de historias! Gracias por abrir tu corazón y compartirlas con nosotros. Un beso enorme!

El rincòn de mi niñez dijo...

Manuelita.
No sabés cuanto te entiendo.
Cuanta emoción ,con el hallazgo de algo que nos trae tan gratos recuerdos.O simplemente, por que nunca tuvimos la dicha en ese momento de tenerlo en nuestras manitos.
Hasta los aromas del momento regresan.
A seguir buscando!!
Por mas chispas de alegría.
besos y abrazos

Manuelita dijo...

Es un placer que me acompañen en estos paseos y saber que además disfrutan.
¡Claro que es maravilloso que algo inerte nos movilice tanto!
Es como ir encontrando piezas de un rompecabezas.
Besos a todas y gracias por la visita.

elmurcielaguito dijo...

Hola, el cubo ironicamente abrio un circulo donde estan almacenados todos tus recuerdos, un circulo porque no tiene principio ni fin, en el que cada vez que encuentres otro juguete generara a su vez un nuevo recuerdo y asi estas dando pasos en un mundo nuevo, descubrir que viviste y aún tienes mucho por descubrir... beso

Jorgelina dijo...

Viste ? uno regresa al pasado y lo vive con mucha emocion.
Te entiendo perfectamente,me sucede a menudo.
Un beso y feliz dia del niño.

El rincòn de mi niñez dijo...

¡¡Feliz día !!!
besos y abrazos

Manuelita dijo...

Ultrathor: viste que paradoja?. Espero que sea así, porque realmente encontrar estos tesoros, y guardarlos junto con mis memorias en este baúl virtual, me da una alegría profunda.
Muchos besos

Jorgelina: sigamos aprovechando el disfrute entonces. Besos y muy feliz día para vos.

Marisa: gracias e igualmente!!.
Besototes.

mm...si producciones. dijo...

Manuelita: tu blog me vuelve adicto a las andanzas del niño que llevo adentro -a veces no tan escondido-.
Muchas gracias por compartir esas fantásticas anécdotas.
Un abrazotote.
Santi.

Blue Fairy meets Gepetto dijo...

cuanta verdad. todo trae recuerdos, hasta lo mas minimo. a veces es triste recordar pero otras trae alegrias o te hace pensar. un beso entre el granizo! ;¬)

Manuelita dijo...

Santi: que lindo saberlo!. Muchas de nadas. Y me siento retribuida si escribís más cositas en el tuyo...porque a su ritmo tengo síndrome de abstienencia cotidiano ;)
Besototes

Blue: lo que más me impresiona es como se encadenan, y me llevan a estar horas recordando.
Besos y abrígate.

Recetas al instante dijo...

yo tambien jugue con esto y tengo un lindo recuerdo de la infancia y tambien recuerdo ya de adolescente haber jugado varias veces monopolio.
Saludos
olga.