No somos ni seremos nunca los de antes

Puesta a prueba una vez más, voy encontrándole la vuelta a tolerar el rebrote de cierta angustia y a buscar mi mejor perfil para no intoxicar todo mi espacio con la tristeza que me coquetea más que nunca estos días.
Porque ya me acostumbre a esta hermosa armonía que me regalaron, y no quiero apostarla. Puedo animarme a hacerla a un lado un instante en busca de más, pero sólo si se que no pierdo ni una pizca de la que cuido.
Por eso hoy comparto el silencio de mis dudas, sin segundas intenciones; y no enfurezco ni lloro por lo que no vale ni una mueca triste. Por eso hoy no me hago a un lado, ni exagero mis malos ratos. Por eso hoy no entrego mi espíritu en el mercado negro. Porque me duele alejarme y me desespera no saber volver.

No soy ni seré nunca la de antes, porque ahora cargo con dolores que ocupan espacios, pero también porque hay amores (muchos en uno) que supieron traerme de la mano hasta acá, y a los que les debo mucho más que lo que yo era, no sólo por gratitud sino por mérito.


9 comentarios:

Marina Judith Landau dijo...

Mucha sabiduría en tus palabras. Lo que escribiste me nutre y me hace pensar en mi vida. Nunca me lo había planteado de este modo...
Y sí, una va siendo con lo que vive, con lo bueno y con lo malo, con lo dado y lo recibido... y una ya no vuelve a ser la que era antes.
Pero también es cierto que en el aquí y ahora todo cobra otro sentido.
Te dejo un beso, sé feliz.

Blue Fairy meets Gepetto dijo...

la vida es un constante golpearse la cabeza pero que lindas alegrias tambien trae para compensar. yo sufri y sufro bastante (demasiado) durante mi infancia, adolescencia y ahora madurez por culpa de personas que les importa un bledo lastimar. la gente sigue golpeando pero como vos decis hay que seguir adelante e ignorarlos. fuerza que ya pasa todo! beso.

Cassandra Cross dijo...

Es bueno saber que todo sirve. Habiendo recaído en estos días en algunos hábitos malos que creía superados, tus palabras me recuerdan que en definitiva se trata de aprender a boyar para poder tomar, de una vez, el rumbo firme.

Saludos, Manuelita!

Manuelita dijo...

Es cierto, tras el dolor todo cobra un nuevo sentido. Porque cuando el dolor físico se va(ese nos hace sentir que una garra se nos mete en el pecho y nos vacía de adentro hacia más adentro), queda el espiritual (que es un resto, pero intensamente duradero). Y nuestro instinto de supervivencia nos hace darle un sentido trascendente a lo trágico, haciéndonos creer (espero que verídicamente) que hay una razón para lo que pasó, que nos hace crecer, que nos enseña una lección. El dolor no se va, pero transforma su sentido en motor, en ánimo. Es creer y hacer o dejarme estar.
Besos muchos para las tres, y gracias por el ánimo extra (intencional o no).

Anónimo dijo...

La vida tiene diversos momentos, en ellos podremos descubrirnos experimentando toda una serie de emociones y sensaciones. Algunos nos harán sentir bien y otro no.
Siempre aprenderemos algo, pero indefectiblemente, nada tiene garantía...
Y también -siempre- renaceremos diferentes de cada experiencia, con nuevos caminos por delante para recorrer.

La vida siempre compensa, estemos atentos a ello.

Besotes grandotes con mucho candor!!!

El rincòn de mi niñez dijo...

El destino nos pone en el camino,justito en el momento, personas ,Como ángeles que te llena la vida de emociones y sin exagerar,...tan necesarias.
Sí ,que vale la pena vivir y ser feliz.A pesar de todo!!
Besos y abrazos.

Malena Ferrini dijo...

Que hermoso texto. Es bellísimo lo que has escrito, y escuchando a Ismael de fondo... más lindo aún.

Gracias por estas caricias en el alma.

No sé cual es la armonía que te han regalado, pero defiéndela como una trinchera.

Te dejo muchos besos

Manuelita dijo...

Maru: mucha, muchísima razón. Ultimamente siento que tengo muuuchas de esas personas conmigo.
Besos

Malena: gracias a vos por los elogios!.
La armonía que me regalaron es la de saber no hay otro lugar donde me quiera quedar. Y la cuido todo lo que vale.
Gracias por la visita.
Besos muchos

Ada dijo...

La regla es simple: alejarte también te acerca hacia otro lugar, y aunque se pudiera volver también nos estariamos perdiendo de algo. Besos muchos!