Singular

En el ejercicio de una práctica que no me gusta (leer varios libros a la vez), vengo forzando a mi mente a encontrar relaciones entre relatos y conclusiones que mantengan vigentes en mi memoria las historias leídas y mis percepciones iniciales. Caí de prepo en el vicio, por encontrarle rápidamente un sustituto a un libro que estaba buscando, y que por ansiosa hallé antes de lo previsto. No me quejo, el resultado es sutilmente interesante.
El que rastreaba ansiosa es Vidas imaginarias, un compendio de relatos sobre lo que el autor imaginó que había detrás de la vida contada de personajes históricos. El reemplazo, nada menos que un ensayo de Schopenhauer sobre la mentira de la individualidad y el pesimismo existencial (porque cuando busco suplentes no me conformo, me supero).
Y en la mezcla, me doy cuenta de lo afecta que soy a crear vidas imaginarias e imponerlas como ciertas; a convencerme que conozco con precisión las supuestas leyes naturales que rigen los errores y aciertos de la vida de los otros, y que soy depositaria del atajo que las esquiva; que veo lo subrepticio, que se leer entre líneas, que conozco lo que los demás esconden; que tengo la explicación para todo; que soy capaz de vaticinar fracasos; y todos los etcéteras ridículos posibles.
Como si hubiera una única historia escrita, con miles variaciones superfluas. Como si los errores tuvieran una única causa y consecuencia. Como si alguien fuera simple y evidente, siquiera para sí mismo.
Todo es mucho menos simple de lo que parece. Seguramente por eso el mecanismo de defensa sea creerlo obvio.

Condimento: alguna vez, mi absoluta fe en mis capacidades extraordinarias, convenció a mis compañeras de colegio que podía hipnotizar personas. La sugestión fue tan efectiva que logró que dos de las pacientes confirmaran asombradas mi habilidad simulada.

11 comentarios:

Marina Judith Landau dijo...

coincido con vos, muchas veces imagino vidas, con una seguridad ridícula, detalle por detalle...y me lo creo A veces las vidas reales coinciden con las que imaginé. pero me pregunto por qué hago esto, y no tengo la respuesta.
ja ja ja ja, me encanta eso de tu capacidad para la hipnosis. Y es real, si estás segura de tu capacidad, la tenés! La fe de tus compañeras te permitió lograr tu objetivo.
Es bueno autohipnotizarse, para saber que podemos, que valemos, que lograremos todo lo que nos propongamos. Claro que a veces los demás nos tienen más fe de la que nosotras mismas nos profesamos.
Muy buen post, me voy pensando...
Besitosssss

Cassandra Cross dijo...

Minga. Eso es lo que yo llamo autoconciencia. Hay algo de velado sentimiento de superioridad en las personas que confiamos demasiado en estas habilidades empáticas.
Pero está buenísimo como ejercicio... y definitivamente prefiero esa suerte de conocimiento universal a ciertos solipsismos.

Las cosas que se entera una, Manuelita... eh!

Saludos.

Fender dijo...

A mi me resulta imposible no rellenar los espacios en blanco. Es más, me parece que las personas que se dedican a ello (a dejar espacios en blanco) deben convencerse de que es así: dejan las partes ocultas de sus vidas a mi imaginación, la cual es malpensada y caprichosa. Como digo, no tendría el berretín de convertirme alguna vez en escritor si no fuera capaz de poner todo en un contexto (o sacarlo de él).
Mire si hipnotizaba a Pablo Rago, eh.

Fender dijo...

Ah, me olvidaba: Schopenhauer! Y yo que venía leyendo a Patrick O'Brien...

El Vasco dijo...

Estas lista para ir al programa de susana. Posta.

Anónimo dijo...

Lo realmente singular es que una gran mayoría de personas cree como cierto lo que supone de la vida de los demás.
No importa cuánto o qué haga algún fulano o mengano con su propia existencia, seguramente no alcanzará para modificar lo que los demás supongan o imaginen que es...

Manuelita, ya que tiene esos poderes ¡¡hipnotíceme vía web!!! (?)

Besotes y candor!!!

mm...si producciones. dijo...

Hola Manuuss!! Que gran ejercicio, el leer varios libros a la vez. Y que linda locura hacer creer a tus compañeras que podes hipnotizarlas!
Siguiendo con el texto anterior, te imagino con una cicatriz en la frente, hipnotizando personas, como una especie de Harry Potter de la Iglesia Universal! jaja!
(me encanta tu blog)

Besos!

Santi.

Manuelita dijo...

DLHD: si hablamos de habilidades en serio, es sano empezar por ser el único que cree en sí mismo. Porque sino, seguramente tendremos que esperar mucho hasta que la fe de otros nos convenza de nuestras bondades
Besos muchos

Cassandra: ya dije por ahí que no reniego de ellas, pero lo que me molesta es creerme infalible; justamente, por las cosas de las que me entero.

Fender: hágase cargo, que fue Ud. quien me provocó inicialmente el remordimiento.

Vasco: es mi penitencia?

Cando: no dudo en que haya oferta de esos servicios por ahí. Por lo pronto, en el área virtual, lo mío es la terapia conductista.

Santi: jajajaja hasta me hicisite imaginarmelo a mí.
Gracias, y... Alcoyana - Alcoyana

Besos muchos a todos

Blue Fairy meets Gepetto dijo...

yo leo varios libros a la vez, lo hago porque no me gusta la rutina ni el aburrimiento o seguir las cosas de la forma y con los tiempos que se supone deben ser seguidas. supongo que se debe a mi infancia caotica y llena de viajes. Otra costumbre que tengo es empezar leyendo las revistas por la ultima pagina y de ahi avanzar al principio y la mayoria de las veces no leerlas completas. hmmmmm tendre que ir buscando psicologo? me gustó el condimento, supongo que cuando uno quiere algo realmente es solo cuestion de proponerselo, quizas esas chicas en ese momento necesitaran que alguien las guiara. un beso!

elmurcielaguito dijo...

hola, hoy no se que decirte... me quede mudo...

Manuelita dijo...

Blue: si vos necesitas psicólogo por leer las revistas al revés, te pelearías con unos cuantos que conozco por el turno.

Ultrathor: por hoy lo disculpo ;-).

Besos a ambos