Saliendo a escena

Antes de mis irrupciones artísticas en el ámbito de la música, la escultura, la literatura, el movimiento corporal, y el maquillaje, estudié teatro. En realidad, esa fue mi madrugada introducción en el mundo de los talleres extra académicos.
A los 7 años, en la búsqueda de una cura a mi timidez, a mi mamá se le ocurrió mandarme a las clases de teatro que daba la maestra de dibujo del colegio...porque antes a nadie se le ocurría mandar a un chico al psicólogo; noooo, se lo mandaba al club, a futbol, a boy scout, o a teatro para que "se expresara" y se relacionara con chicos de su edad.
Bueno, así fue que durante varios años asistí a esas clases; y ya más grande reincidí, pero en el contexto más formal de la escuela de Hugo Midón (habiendo pasado por algunas verguenzas previas que no pienso revelar).
La cosa es que revolviendo algunos libros, encontré la primera obra que representé en público: "La luna se fue a la tierra". El librito es parte de una muy numerosa colección de obras de teatro infantil, que luego pasó a ser mi bautismo de fuego en el exquisito género.
Yo interpretaba a su Majestad el Sol, que tuvo la ocurrencia de concederle a la Luna permiso para venir a vacacionar a la Tierra. Todavía recuerdo la escenografía: un sillón grandote, donde se sentaba el Señor Sol, y unos planetas y estrellas de cartón colgados, entre los que asomaban la Estrella Sabia, la Estrella Cocinera y el Satélite Preguntón para decir sus desesperados parlamentos motivados por la ausencia de la noche.
Coloreando la anécdota, les cuento que una vez, al final de una escena pseudo improvisada, donde representaba a un médico que operaba a un paciente sacando chorizos y chicnchulines de su panza, yo debía desmayarme al sorprenderme por lo que encontraba; y en mi afán de hacer "creible" la situación (considérese que tenía apenas 8 años), me caí al piso con toooodas las ganas del mundo, y pegué tan duro sobre el escenario, que corrieron a asistirme la maestra y gran parte de los que estaban en la primera fila. Aunque a penas me podía mover del dolor, me hice la estrella de Hollywood, me levanté y saludé a mi público con la expresión en la cara de "todos mis movimientos están fríamente calculados".

Moraleja: el teatro es sano...sobretodo si se lo lee o se lo ve como un simple espectador.

12 comentarios:

Moe dijo...

"Río Arriba", en la calle Gurruchaga?

Anónimo dijo...

Usté en escena, "entregaba todo de sí!!"...

Su actitud, fue digna de una diva de la escena!!! ajajaja
Hermosa historia, realmente!!

Besotes!!

Manuelita dijo...

Moe: se que se refiere al mismo, pero era Río Plateado, primero en la calle Mansilla y después en la calle Soler. Mire Ud, que informado!
Besos

Candorosa: gracias, gracias por el reconocimiento de mi dedicación al público.
Saluditos con autógrafo

Moe dijo...

Soler? mmmm
me parece que es Guatemala en realidad... creo que los dos estamos confundidos.

Manuelita dijo...

¿Sabe que me parece que tiene razón?
Creo que sí, era Guatemala.
Sepa disculpar, la memoria la reservo para lo que me conviene...como toda mujer que se precie de serlo.
Besos

El rincòn de mi niñez dijo...

Manuelita..
¡¡toda una estrella con tan solo 8 añitos..!!
Besos millones ¡¡buen sábado!!

Manuelita dijo...

Más que una estrella, una estrellada...pero bue, se agradece el piropo igual.
Besos y empezá bien lindo la semana.

Anónimo dijo...

Hola amiga!, tu blog me parece genial. Esas anecdotas de infancia son excelentes.
También me gusta mucho que me prestes tu oreja ( no solo porque soy sordo del lado izquierdo) sino porque conozco nuevas canciones.
¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Hola amiga!, tu blog me parece genial. Esas anecdotas de infancia son excelentes.
También me gusta mucho que me prestes tu oreja ( no solo porque soy sordo del lado izquierdo) sino porque conozco nuevas canciones.
¡Un abrazo!

Manuelita dijo...

Qué confianzudo!!, qué es eso de andar elogiando sin pedir permiso?
Que suerte que mi oreja le sea doblemente útil; si necesita, más adelante, cuando me elogie con más intensidad, le presto la otra para que presuma por ahí.
Gracias por su visita.

Minombresabeahierba dijo...

Por supuesto, la mesa de los chicos aparte y si nos portabamos bien una vez por semana teniamos jarabe de Refrescola con soda. Espectaculares mis refelejos para esquivar los zapatos de taco exocet de mi madre. besos

Manuelita dijo...

Jajajaja.habrás sido bravo si andás tan entrenado.
En casa también la gaseosa era el lujo de los días especiales, claro que condicionada a haber comido toda la comida, y habernos portado bien.
Besos muchos