Sentados a la mesa

¿Quién no comió alguna vez en la "mesa de los chicos", ahí en el fondo, sentado en los banquitos chanfleados, con los platos y cubiertos del rejunte?
¿A quién no le sacaron las ganas de un grito cuando se quiso levantar para ir al baño en medio de la cena sin pedir permiso: "quédese sentado ahí y espere hasta terminar de comer" ?
Ni mencionar siquiera si se te ocurría cantar en la mesa o comentar algo mientras hablaban los mayores.
¿Y quién no se mereció alguna vez una mirada incisiva, que nos amenazaba con un "cuando se vaya la visita te mato", por haber sido un atolondrado y pedir más postre cuando no quedaba más, o por tener la osadía de agarrar la última factura de la bandeja?
Pero el después era peor aún: "ayer retiré yo", "nooo, hoy te toca secar a vos"; hasta que la voz del jefe del comando mayor nos instruía al trabajo en equipo forzado.

Qué capacidad para inspirar obediencia que tenías los padres de antes!!
¿No tendremos que corregir camino con los chicos de hoy?


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Casualmente a mi hijo menor, suelo hacerle referencia sobre estas pautas de obediencia.

Tal vez en la actualidad suenen fuera de lugar o de tiempo, pero más allá de lo que piensen ciertos pedagogos o psicólogos infantiles ¡¡sigo utilizando muchos de ellos!!!

¡¡Algunos límites ayudan a crecer!!, ojo... eso pienso yo.

Saludos candorosos!!!

Moe dijo...

Ud va muy rápido para mi frecuencia.
Si, soy medio lento, es bueno que lo vaya sabiendo.
Gracias por su oreja de hoy, muy linda.

Manuelita dijo...

Candorosa: estoy de acuerdo con Ud. Al menos, nosotros no hemos salido tan mal, no?.
De todas formas, con o sin límites, terminarán igual en el diván o en el café de la esquina responsabilizándonos por algunas de sus frustraciones. Así que por lo menos, dese el gusto de educarlo como quiere.
Besos muchos

Moe: cree que voy rápido?, no se crea...mire que soy tortuga.
Y bueno, me dispongo a tenerle más paciencia que la que me tienen a mí.
De nada, cuando quiera vuelva por otra.
Saludos

Moe dijo...

Con el tema de la paciencia conmigo no va a tener problema.
Le deje uno de esos videos que le gustan en mi coso dedicado para ud.
Pero no le diga a nadie... que después se me ponen celosos y no estoy perspicaz como para dar explicaciones que no tengo.
Beso

Manuelita dijo...

Jeje, mejor así ;)
Muchas gracias por la dedicatoria!...y no se preocupe, que se guardar secretos.
Y en cuanto al resto, sepa que ni la ley le puede exigir explicaciones de lo que no hizo.
Besototes

Ada dijo...

Ni mucho ni tan poco. A mí me gusta la mesa de los chicos (en mis reuniones siempre existe) y esperar que todos terminen para levantarse de la mesa. Me parece que si el respeto mutuo se mantiene(no solo hijo-padre, la inversa también cuenta) los excesos se quedan esperando en la puerta. Hermoso lugar el que has creado! Te dejo un beso con respeto pero sin miedo!

El rincòn de mi niñez dijo...

Cuantos recuerdos... teníamos una mesita toda destartalada con un mantel floreado de hule...ahí iban todos los Catania menores, los platos de loza y un tenedor que hace poco rescaté de mi nona..¡¡cuantos recuerdos.!!
Sí, yo creo que una lavadita de boca con detergente como me lo hicieron a mí en su momento no estaría mal, fuerte mi alemana...jajajLINDO POST Manuelita.
Millones de besos.

Manuelita dijo...

Ada: claro que era linda la mesa de los chicos!! las mesas de los grandes eran aburridas, y no te dejaban hacer pelotitas con la miga del pan...aunque uno se sentía importante cuando ya te empezaban a guardar un lugar ahí.
Gracias por el elogio.
Queda invitada para volver cuando guste.
Besos muchos

Marisa: jeje...me hiciste acordar que en mi jardín de infantes siempre se llevaban a uno para el baño con la excusa de que le iban a lavar la boca con lavandina...la cara de susto de los que quedábamos en la sala!!!. Ya comentaré algún día al respecto; tengo tela de sobra para cortar.
Besitos y abrazo