Evidentemente, el de la Sra. que viajó en el 60 hoy por la tarde, es demasiado escaso, ya que se aventuró a forrar con contac dos libros de texto durante su viaje. Su asombrosa habilidad para hacerlo mientras apoyaba el libro en el respaldo del asiento de adelante y en sus rodillas, consiguió que el resultado final no fuera el desastre que auspiciaba mi envidioso prejuicio...apenas algunos centímetos torcido.
Pero bueno, en honor a la verdad, debo decir que conozco a alguien que alguna vez, por falta de tiempo, mando a su hija al jardín con el pijama puesto ;) .