Y acá estoy, justito acá, en lo hondo de mi tentación.
"La mayoría de las veces le entristece leer la voluntad de otros, sus poéticas vivencias, sus originales placeres. Pero con un morbo sencillo, curiosea retazos de sus experiencias, envidia sus prosas, y deja algún rastro comentando anónimamente. Desesperadamente elije el título más cruel, el que sabe que contiene todo lo que no será, todo lo que no hará. Y es como mirar la polenta hervir, que da impresión, pero no deja de mirar.
Envidia, hasta aquello que vivido le haría sufrir, llorar y escribir. Porqué?, porque quiere su vida, la tuya, la que leyó y la que imagina que tiene él.
Esa gente le hace temblar; le exaspera su control arduo sobre lo que quieren contar, y la efectividad de sus intenciones. Siempre consiguen lo que quieren. Y si no lo quieren lo consiguen igual. Y él sí lo quiere.
Uno siempre siente que la vida de otro es mejor...y su vida es tan simple, tan desconsoladamente simple...
Su vida es así de simple: rebuscada al ver la de los demás".
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