Antes de seguir

Hace un rato, después de varios días intermitentes en los que le escapaba a mantener mi atención concentrada, terminé de leer sacrificadamente (corte de luz de por medio) "El traje del fantasma" de Arlt: la fuga de un asesino que quiso encubrir su delito relatando un devenir de alucinaciones para convencerme de que su único problema fue haber aparecido desnudo. Finalmente pude cerrar la puerta de ese limbo creado que percibí interminable, tormentoso, pero demasiado conciente, y hasta fantásticamente inventado.
Pero no pude aún con la de mi propio limbo, igual de tormentoso y conciente, al que me es demasiado sencillo volver (más seguido de lo que quisiera últimamente), y nada gratuito salir. Un espacio de pensamientos omnipresentes, remordimientos y actitudes odiadas, que funcionan como un agujero negro que absorven mi tiempo entero, en el que doy vueltas mareada y sin ningún freno.
Y tengo la sensación de que extraño ese espacio, por conocido, acostumbrado, alejado, por ajeno al resto. Hay algo de nostalgia, porque es mi espacio de padecer, de esperar, de soportar, donde miro de afuera, siempre lejos de lo que se que merezco, lo que no hago ni busco ni exijo. Me vuelvo a acomodar en la vieja silla.
La mayoría de las veces ni siquiera se gritar a tiempo, y cuando alguien de curioso o de porfiado nomás, me tironea del brazo para sacarme termina rebotando con el latigazo. Porque mi caída nunca es inocua.
Una versión barata del síndrome de Estocolmo, en la que nos adaptamos a lo que no queremos, haciéndonos creer que sí, que algo de todo eso elegimos; y cuando nos alejan extrañamos esa comodidad de padecer, de sólo tener que soportar las cosas como vienen porque no hay por donde escapar.

"...tanto era mi afan de escapar de la llanura, de las mariposas dormidas, que todo sacrificio me pareció el precio adecuado de esa fuga..."

PD: hay que despejar el camino antes de seguir avanzando.

7 comentarios:

Marina Judith Landau dijo...

Creo que todos llevamos dentro un agujero negro donde caemos y nuestra propia sombra nos fagocita. Creo que a veces estar en esa negrura nos termina llevando inevitablemente hacia la luz, luego de transitar por la oscuridad que es necesaria. Pero a no perder de vista, que siempre también dentro nuestro hay un lugar de luz, de vida, de superación y que en definitiva, como en todo, siempre es una misma la que decide.
Un abrazo, desde el alma.

La candorosa dijo...

Las abuelas solían decir que, para salir a la superficie, antes había que tocar "fondo".

Parece que el impuso logrado por haber tocado ese fondo, es insuperable...

Besotes y mi candor, siempre!!

Manuelita dijo...

Claro que sí, pero en el tránsito hay que armarse para evitar los golpes en las heridas.
Gracias a las dos...muchas.
Besos

elmurcielaguito dijo...

Manuelita, son los golpes los que nos hacen mas fuertes, es el dolor el que nos hace invulnerables, es el sufrir el que nos muestra cuando somos felices,cuando se sale de la oscuridad tardamos en acostumbrarnos a la luz, no somos felices por costumbre ni depres por conveniencia, son los pequeños momentos extractados de nuestra vida la que le da sentido verdadero y nos muestra que no hace falta escapar, porque igual saldras...
besos

El rincòn de mi niñez dijo...

Ay Manuelita no sabés las veces que entré a leer este post.Y no supe que decir.Solo un nudo en mi garganta.Mis marcas de expresión(patitas de gallo) no llegaron solas.Pero me quedo con esto último.
Para lograr una vida plena,hasta el final....Debemos saltar todas las piedritas que nos ponen en el camino.Auqnue muchas veces es imposible,lo importante es levantarse y seguir el camino.
besos y abrazos.

Manuelita dijo...

Ultrathor: leyéndote me doy cuenta que es exactamente como decís, "cuando se sale de la oscuridad tardamos en acostumbrarnos a la luz".
Es un honor y un placer tener lectores como vos. Gracias.

Marisa: supongo que lento, pero uno aprende a esquivarle a la caída. Cuesta, duele la caída, duele la salida, pero confío en que cada vez sean menos las veces que deba intentarlo.
Te dejo muchos besos y mis dos manos para tironearte cuando sea necesario.

Unknown dijo...

Hay mañas de las que cuesta deshacerse. Le propongo que en este salto se lleve la silla, asi la proxima no esta tan comoda.