Resistiéndomele al frio de mi cama, me acordé que mi abuela sí que sabía evitar los sinsabores del invierno: calentaba un ladrillo en la salamandra (de los posta, no de estos de mentira que son huecos), lo envolvía en una toalla, y me lo ponía a los pies de la cama. A veces, cuando dormíamos con mis hermanos en la cama grande, nos peléabamos por apoyar los pies sobre el ladrillo calentito, hasta que en medio de la batalla nos quedábamos dormidos.
Quiero a mi abuela!!!!!!!!!!.
7 comentarios:
Mis viejos, cuando fuimos a vivir a Merlo (San Luis) nos hacían lo mismo. Había que envolverlo bastante porque realmente quemaba.
Lindo recuerdo.
Y sí, si te descuidabas quemaba; pero era tan agradable ese calorcito!!. Cuántas sábanas se habrán quemado por mantenernos calentitos...
Saludos
Manuelita..ayyyyy mi nonita no me hacía eso..Pero hacía algo que nunca voy a olvidar.. ella se metía en mi cama,y una vez calentita me acostaba,y ella volvía a su cama,....Quedaba por horas calentita y en los pies la bolsa de agua caliente con una funda tejida al crochet....ya era una grandulota de casi 13 años..pero me seguí consintiendo...
¡¡que fríooooooooooooo ,y bue,ahora tengo un ladrillón a fuego vivo en la cama invierno y verano chistecito jajajajaja un beso enoooooorme
Qué lindo!! eso está mucho mejor.
El calorcito humano es leeendo ;)
Me acuerdo de un "ladrillo plano" que tenia un enchufe y se calentaba por electricidad y luego se ponia en los pes o si te dolia algo tambien, Realmente era muy bueno. besos
Jeje...pero Ud. era un potentado de chico che!!
Se agradece la visita.
Besos muchos
y vio Manuelita, el que tiene guita hace lo que quiere (hasta se cura de la artrosis) jajaja . un abrazote
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