De Venus, de Marte y de algunos otros planetas también

DIARIO DE ADAN

"Miércoles
Me he construido un refugio para guarecerme de la lluvia, pero no he podido disfrutarlo en paz. La nueva criatura lo invadió. Cuando traté de echarla empezó a derramar agua por los agujeros con que mira y a secársela con el revés de sus zarpas, con ese ruido que hacen los animales cuando están doloridos. ¡Ojalá no hablara! Siempre está hablando. En ella suena como un vulgar murmullo, un parloteo. No, no es verdad. Jamás he escuchado una voz humana, y cualquier sonido nuevo y extraño que surge en la solemne quietud de estas ensoñadas soledades ofende mi oído y me suena a nota falsa. Y este nuevo sonido tan cerca de mí; justo encima de mi hombro, en mi oreja, primero a un lado, y después al otro, cuando hasta ahora sólo había escuchado sonidos más o menos distantes".

DIARIO DE EVA

"Jueves
Mi primera pena. Ayer me evitó y parecía desear que no le hablara. No podía creerlo, y pensé que debía haber algún error, porque a mí me gusta mucho estar con él y me encanta oírle hablar. ¿Cómo ha podido ser tan desabrido conmigo, si no le había hecho nada? Pero al fin me convencí de que así era, y me alejé y me senté sola en el lugar donde le había visto la mañana en que fuimos hechos y aún no sabía qué era y me era indiferente. Pero ahora era un lugar lúgubre y todas las cosas me hablaban de él, y tenía el corazón deshecho. No sé muy bien por qué, pues era un sentimiento nuevo. Jamás lo había experimentado, todo me parecía un misterio, y no supe desentrañarlo.
Pero cuando llegó la noche no puede soportar tanta soledad y me acerqué al nuevo refugio que se ha construido para preguntarle qué mal había hecho, y cómo podía repararlo y recuperar su favor. Pero él me arrojó de nuevo a la lluvia, y ésa fue mi primera pena".


Me encanta este relato: tiene la precisión de mostrarnos que la dualidad, la diferencia -lo que el otro es y yo no, lo que yo quiero ser y no puedo- genera, mueve, excita. Y a la vez expone la sencillez con la que podemos arruinarlo todo, con pensamientos extremos, plantados en las cuerdas del ring -"...en esta esquina, con 112 kgs..."-, calentando sin pelear, esquivándonos.

Para el que no lo conoce, es parte de la obra de Mark Twain, "Diario de Adán y Eva", que hace una crónica de los días posteriores a la creación del hombre, desde las vivencias de los primogénitos.


Más que una buena lectura, unas minivacaciones virtuales.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó!
Simple, tierno y triste a la vez. Cuantas veces tenemos la posibilidad de vivir algo hermoso, algo nuevo, algo exitante y lo dejamos pasar por miedo.
Vale la pena disfrutar el "vivir", cuando estamos en esto tan maravilloso que se llama "Vida"

Manuelita dijo...

Ya somos dos entonces.
Hay que tomarse el atrevimiento...
Gracias por la visita.
Saludos

Anónimo dijo...

Este relato de Mark Twain deja en claro lo siguiente:
A los hombres les gusta estar tranquilos, aunque sea haciendo nada. No les gusta hablar, ni expresar sus sentires.
A las mujeres les gusta hablar mucho, expresar lo que sienten y además de cuestinar todo, siempre intentan comprender las emociones propias y ajenas.

Hombre y mujer: Dos seres creados para reproducirse, no para convivir, esto último, salvo raras y mágicas excepciones, puede lograrse en armonía.

Saludos con candor!!!

Manuelita dijo...

Candorosa: no creo que sea pa´tanto che...y en todo caso, si es así, solo vale la pena estar con quien hace que la experiencia sea excepcional. Si no, no me sirve.
Siempre bienvenida.
Besos